Una ceja caída o un párpado superior pesado pueden hacer que el rostro parezca cansado incluso después de ocho horas de sueño. El endobrow lifting y el foxy-eyes quirúrgico ofrecen dos caminos para levantar la cola del ojo y devolver la apertura natural sin recurrir a rellenos excesivos ni expresiones artificiales.
El endobrow se realiza por tres pequeñas incisiones detrás de la línea capilar frontal. A través de un endoscopio se libera la musculatura corrugadora y se eleva la ceja en su punto ideal; se fija con micro-anclajes que se reabsorben en ocho meses pero que mantienen la posición definitiva. El resultado es una frente más lisa y unas cejas en armonía con la cuenca orbitaria, sin cicatrices visibles y con recuperación de siete días.
Cuando además se desea un efecto “cat-eye”, se combina con la técnica foxy-eyes: se alarga el canto lateral del ojo mediante una minúscula cantotomía y se suspende el ángulo externo con suturas no reabsorbibles. La intervención dura 60 minutos y se realiza bajo anestesia local y sedación. La inflamación cede en una semana; la línea externa se afina al mes y el resultado permanece entre cinco y siete años.
Ambas técnicas se adaptan al rostro de cada paciente: se mide la distancia pupilociliar, se valora la altura del fronte y se simula la nueva posición con software antes de entrar al quirófano. No se trata de imitar tendencias; se trata de devolver la expresión despierta y fresca que cada persona ya posee.